Esta película, es uno de los iconos del cine mudo, en ella podemos observar como el ser humano en ocasiones es tan paciente, conformista, ignorante, pasivo, idealista, preso de sus propios imaginarios. Afortunadamente se tiene un límite y es invadido por esa fuerza que esta mas allá de la imaginación, que si es apoyada por su grupos social, es indetenible, ese momento es lo que le da sentido a la vida de aquel que se ha motivado y renuncie a todas esas presiones sociales, morales, institucionales, es allí donde se expresa la libertad, lo sublime de la naturaleza humana, el fin último, donde la muerte llega para cerrar aquella etapa que llamamos vida, es allí donde nace el héroe que será recordado por todos e incrustado en la memoria colectiva de futuras generaciones.
En junio de 1905 Rusia sufre las sacudidas de la fiebre revolucionaria. El acorazado de la flota del Zar ”Príncipe Potemkin de Táurida” se encuentra fondeando frente al puerto de Odessa. Dos marineros de la tripulación incitan a sus compañeros a sumarse a la revolución. Después de una dura batalla consiguen apoderarse del barco. Toda la población de Odessa desfila en el muelle, en señal de dolor por los marineros muertos, y dan víveres a los rebeldes.
El almirantazgo ordena al ejército cargar contra el pueblo, provocando una matanza a la cual responderá el acorazado Potemkin, gobernado por los rebeldes, luchando contra toda la scuadra del Zar.